La popularidad de Hugo Chávez mantiene un ritmo ascendente desde el último trimestre de 2010, a pesar de los escollos políticos y personales que ha afrontado, mientras la oposición sigue sin lograr sacar ventaja de las coyunturas.
En septiembre, luego de la derrota cuantitativa del PSUV en las elecciones legislativas, el Presidente gozaba de un respaldo de 42%; en noviembre, tras ponerse al frente de la crisis natural causada por las lluvias, subió a 49%; hoy la popularidad del primer mandatario alcanza el 55% pese a la aparición de un cáncer que para algunos ha puesto en duda su capacidad no sólo de presentarse como candidato en 2012, sino de seguir al frente del Gobierno por lo que resta del período.
El más reciente estudio de la encuestadora Hinterlaces reveló que la mayoría de los venezolanos apoya la idea de nombrar un presidente temporal y rechaza el adelanto de las presidenciales: 56% de los consultados dijo que mientras Chávez se recupera de su enfermedad, otra persona se debe encargar de la primera magistratura y 60% apoyó que las elecciones sean en diciembre de 2012 y no antes.
La principal conclusión del Monitor País titulado "Venezuela bajo el signo de cáncer", sin embargo, tiene que ver con la incapacidad de la oposición de capitalizar para su causa la coyuntura personal que vive el único líder del chavismo. Así lo indicó 57% de los consultados.
La incapacidad de la oposición para captar el eventual vacío del Presidente se hizo visible cuando 62% de los entrevistados consideró que el oficialismo tiene poca o ninguna posibilidad de ganar las presidenciales si Chávez no se presenta, pero al preguntarles quién tendría mayores posibilidades de ganar las presidenciales si Chávez no fuera candidato, 42% se inclinó por la oposición frente a 45% a favor del oficialismo (13% NS-NC).
Los encuestados fueron mucho más allá. Cuando se les preguntó de qué tendencia política debería ser el próximo presidente, sólo 22% consideró que debía venir de las filas de la oposición, 35% optó por un independiente y 36% respondió que debía ser otro dirigente oficialista (7% NS-NC).
Aunque la escogencia del candidato opositor tiene forma y fecha (primarias en febrero de 2012) la posibilidad de que el Presidente pudiera no ser el nominado del PSUV parece aumentar los argumentos de quienes respaldaban realizar las primarias este mismo año: 63% de los consultados consideró necesario adelantar la escogencia del candidato opositor.
Al indagar qué consideran los venezolanos que es lo más importante para que la oposición se convierta en una verdadera alternativa, 35% puso el peso en la tenencia de un candidato único, 30% consideró relevante tener un equipo de gobierno estructurado, 17% destacó la necesidad de una propuesta y apenas 10% consideró importante contar con un líder popular (8% NS-NC).
Vaticinios y retos. Oscar Schemel, presidente de Hinterlaces, vaticinó que en los próximos meses el aparato de propaganda oficial se concentrará en profundizar la estigmatización de la oposición asociada a los 40 años de gobiernos adecocopeyanos, al tiempo que relanzará la gestión gubernamental con las denominadas grandes misiones y acentuará el carácter religioso del liderazgo presidencial en la búsqueda de convertir al primer mandatario en un mito.
Frente a ese panorama Schemel destacó que los principales retos de la oposición girarán en torno a la necesidad de despolarizar el debate electoral, convertirse en una alternativa nacional, vencer la campaña de descrédito, garantizar que no es una amenaza para las demandas y conquistas de los sectores populares y reducir el temor de que su regreso al poder represente el riesgo de aumentar la confrontación y la división.
En septiembre, luego de la derrota cuantitativa del PSUV en las elecciones legislativas, el Presidente gozaba de un respaldo de 42%; en noviembre, tras ponerse al frente de la crisis natural causada por las lluvias, subió a 49%; hoy la popularidad del primer mandatario alcanza el 55% pese a la aparición de un cáncer que para algunos ha puesto en duda su capacidad no sólo de presentarse como candidato en 2012, sino de seguir al frente del Gobierno por lo que resta del período.
El más reciente estudio de la encuestadora Hinterlaces reveló que la mayoría de los venezolanos apoya la idea de nombrar un presidente temporal y rechaza el adelanto de las presidenciales: 56% de los consultados dijo que mientras Chávez se recupera de su enfermedad, otra persona se debe encargar de la primera magistratura y 60% apoyó que las elecciones sean en diciembre de 2012 y no antes.
La principal conclusión del Monitor País titulado "Venezuela bajo el signo de cáncer", sin embargo, tiene que ver con la incapacidad de la oposición de capitalizar para su causa la coyuntura personal que vive el único líder del chavismo. Así lo indicó 57% de los consultados.
La incapacidad de la oposición para captar el eventual vacío del Presidente se hizo visible cuando 62% de los entrevistados consideró que el oficialismo tiene poca o ninguna posibilidad de ganar las presidenciales si Chávez no se presenta, pero al preguntarles quién tendría mayores posibilidades de ganar las presidenciales si Chávez no fuera candidato, 42% se inclinó por la oposición frente a 45% a favor del oficialismo (13% NS-NC).
Los encuestados fueron mucho más allá. Cuando se les preguntó de qué tendencia política debería ser el próximo presidente, sólo 22% consideró que debía venir de las filas de la oposición, 35% optó por un independiente y 36% respondió que debía ser otro dirigente oficialista (7% NS-NC).
Aunque la escogencia del candidato opositor tiene forma y fecha (primarias en febrero de 2012) la posibilidad de que el Presidente pudiera no ser el nominado del PSUV parece aumentar los argumentos de quienes respaldaban realizar las primarias este mismo año: 63% de los consultados consideró necesario adelantar la escogencia del candidato opositor.
Al indagar qué consideran los venezolanos que es lo más importante para que la oposición se convierta en una verdadera alternativa, 35% puso el peso en la tenencia de un candidato único, 30% consideró relevante tener un equipo de gobierno estructurado, 17% destacó la necesidad de una propuesta y apenas 10% consideró importante contar con un líder popular (8% NS-NC).
Vaticinios y retos. Oscar Schemel, presidente de Hinterlaces, vaticinó que en los próximos meses el aparato de propaganda oficial se concentrará en profundizar la estigmatización de la oposición asociada a los 40 años de gobiernos adecocopeyanos, al tiempo que relanzará la gestión gubernamental con las denominadas grandes misiones y acentuará el carácter religioso del liderazgo presidencial en la búsqueda de convertir al primer mandatario en un mito.
Frente a ese panorama Schemel destacó que los principales retos de la oposición girarán en torno a la necesidad de despolarizar el debate electoral, convertirse en una alternativa nacional, vencer la campaña de descrédito, garantizar que no es una amenaza para las demandas y conquistas de los sectores populares y reducir el temor de que su regreso al poder represente el riesgo de aumentar la confrontación y la división.
El Nacional
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