El encargado de Negocios de Estados Unidos en Venezuela John Caulfield cree que la labor que iniciará en La Habana como jefe de misión, "no será más difícil" de lo que le ha tocado en Caracas. Esta semana culmina su trabajo en Venezuela y será sustituido en su cargo a partir del lunes por Kelly Keiderling.
-¿Pudo despedirse del canciller Maduró?
-Normalmente los diplomáticos jefes de la representación al culminar su misión en el país piden una visita de cortesía a la Cancillería para despedirse. Es una formalidad diplomática. Como el protocolo requiere he solicitado una cita, pero no he recibido respuesta de la Cancillería.
-¿En qué estado deja la relación entre los dos países?
-No es un secreto que no hay embajador ni aquí ni en Washignton y no hemos empezado el proceso de voltear la página para seguir adelante. Por medio del diálogo se encuentra el camino para resolver los problemas, pero la comunicación ha sido mínima entre la Embajada americana y la Cancillería en los últimos meses.
-¿Entonces sigue congelada la designación de embajadores?
-Es que no hemos tenido desde hace por lo menos seis meses la oportunidad de conversar sobre el asunto. Creo que es necesario la posibilidad de avanzar. Sin la posibilidad de tener esos contactos estamos en la misma situación. Quiero dejar claro que no estoy exigiendo, simplemente estoy describiendo la situación. Para los diplomáticos nuestras armas son las palabras, no llevamos revólveres, ni fusiles ni tanques y por vía de la conversación es que intentamos resolver problemas, pero sin la posibilidad de comunicarnos de manera sustancial no podemos avanzar.
-Fueron sectores republicanos en el Senado los que divulgaron la entrevista del embajador designado Larry Palmer, esos mismos sectores presionan para más sanciones contra Venezuela. ¿No está influyendo la política interna de su país en esta relación?
-La política exterior es parte de la política de EEUU. Tenemos dos partidos fuertes, cien senadores y más de 400 representantes. Todos tienen sus opiniones, pero en nuestro sistema constitucional el Ejecutivo es el que define la política externa de los EEUU. No quiere decir que el Congreso no tenga influencia, tiene mucha influencia. Es el Presidente y la Secretaria de Estado los que articulan la política externa y el Congreso tiene sus propios poderes constitucionales que afectan a la diplomacia como conformar embajadores, aprobar presupuestos, pero la primera voz es del Presidente.
-Hay sectores parlamentarios en EEUU que han propuesto la construcción de un oleoducto con Canadá para sustituir al petróleo venezolano. ¿Cuál es su opinión?
-No son los congresistas quienes construyen esos oleoductos, son empresas privadas que ponen su dinero e inversión porque piensan que van a ganar dinero. Son empresas que está estudiando ese proyecto y tienen una propuesta, pero no es el Gobierno el que está haciéndolo, su único papel es aprobar que los planes cumplan con las medidas de comercio y de medio ambiente.
-Pero evidentemente hay un interés geopolítico y económico de no depender de un país considerado problemático para EEUU.
-Puede ser que sí o que no, pero no tiene ninguna influencia en los empresarios que proponen invertir miles de millones de dólares, su preocupación es ganar dinero. El Congreso no está aprobando dinero para el oleoducto. La decisión de dónde comprar petróleo son de las compañías de las cuáles una es Pdvsa, que tiene una subsidiaria que es Citgo. El Gobierno no impone decisiones comerciales a esas compañías.
-¿Está EEUU preocupado por nexos entre Venezuela y oganizaciones del Medio Oriente catalogadas de terroristas?
-El tema del terrorismo es extremadamente importante para EEUU. Queremos evitar otro ataque terrorista contra EEUU o cualquier otro país. Seguimos muy de cerca eso, pero no tengo más información.
-¿Colabora EEUU con sectores de la oposición venezolana?
-La política del Gobierno de EEUU mundialmente es apoyar la democracia y reconocemos el papel fundamental para la democracia de las organizaciones no gubernamentales. Como son fundamentales, EEUU y otros países dan apoyo a esas organizaciones, que no son partidarias o para candidatos a elecciones, son para la sociedad civil. Las cantidades (de dinero que se aportan) no son muy grandes. En este momento hay un debate de cuánto va aprobar el Congreso. Son modestas, pero importantes para estas organizaciones y forma parte de nuestra política externa de promover la democracia.
-En cuanto al narcotráfico, el Gobierno venezolano ha dicho que tiene mejores resultados sin la colaboración de EEUU.
-El problema del narcotráfico nos afecta a todos: Los narcotraficantes cooperan muy bien entre ellos. Es necesaria la cooperación para enfrentar a los cárteles de narcotraficantes. Hay todavía una mínima cooperación pero importante con Venezuela, que ha capturado varios narcotraficantes buscados en EEUU y Colombia y los ha entregado. Ojalá podamos construir más cooperación sobre esta base. Además, Venezuela puede cooperar con sus vecinos, con Brasil, Colombia, más que todo para identificar vuelos clandestinos que vuelan por el Caribe, América Central, América del Sur y lo usan para transportar droga y el dinero que viene de la droga.
El Universal
-¿Pudo despedirse del canciller Maduró?
-Normalmente los diplomáticos jefes de la representación al culminar su misión en el país piden una visita de cortesía a la Cancillería para despedirse. Es una formalidad diplomática. Como el protocolo requiere he solicitado una cita, pero no he recibido respuesta de la Cancillería.
-¿En qué estado deja la relación entre los dos países?
-No es un secreto que no hay embajador ni aquí ni en Washignton y no hemos empezado el proceso de voltear la página para seguir adelante. Por medio del diálogo se encuentra el camino para resolver los problemas, pero la comunicación ha sido mínima entre la Embajada americana y la Cancillería en los últimos meses.
-¿Entonces sigue congelada la designación de embajadores?
-Es que no hemos tenido desde hace por lo menos seis meses la oportunidad de conversar sobre el asunto. Creo que es necesario la posibilidad de avanzar. Sin la posibilidad de tener esos contactos estamos en la misma situación. Quiero dejar claro que no estoy exigiendo, simplemente estoy describiendo la situación. Para los diplomáticos nuestras armas son las palabras, no llevamos revólveres, ni fusiles ni tanques y por vía de la conversación es que intentamos resolver problemas, pero sin la posibilidad de comunicarnos de manera sustancial no podemos avanzar.
-Fueron sectores republicanos en el Senado los que divulgaron la entrevista del embajador designado Larry Palmer, esos mismos sectores presionan para más sanciones contra Venezuela. ¿No está influyendo la política interna de su país en esta relación?
-La política exterior es parte de la política de EEUU. Tenemos dos partidos fuertes, cien senadores y más de 400 representantes. Todos tienen sus opiniones, pero en nuestro sistema constitucional el Ejecutivo es el que define la política externa de los EEUU. No quiere decir que el Congreso no tenga influencia, tiene mucha influencia. Es el Presidente y la Secretaria de Estado los que articulan la política externa y el Congreso tiene sus propios poderes constitucionales que afectan a la diplomacia como conformar embajadores, aprobar presupuestos, pero la primera voz es del Presidente.
-Hay sectores parlamentarios en EEUU que han propuesto la construcción de un oleoducto con Canadá para sustituir al petróleo venezolano. ¿Cuál es su opinión?
-No son los congresistas quienes construyen esos oleoductos, son empresas privadas que ponen su dinero e inversión porque piensan que van a ganar dinero. Son empresas que está estudiando ese proyecto y tienen una propuesta, pero no es el Gobierno el que está haciéndolo, su único papel es aprobar que los planes cumplan con las medidas de comercio y de medio ambiente.
-Pero evidentemente hay un interés geopolítico y económico de no depender de un país considerado problemático para EEUU.
-Puede ser que sí o que no, pero no tiene ninguna influencia en los empresarios que proponen invertir miles de millones de dólares, su preocupación es ganar dinero. El Congreso no está aprobando dinero para el oleoducto. La decisión de dónde comprar petróleo son de las compañías de las cuáles una es Pdvsa, que tiene una subsidiaria que es Citgo. El Gobierno no impone decisiones comerciales a esas compañías.
-¿Está EEUU preocupado por nexos entre Venezuela y oganizaciones del Medio Oriente catalogadas de terroristas?
-El tema del terrorismo es extremadamente importante para EEUU. Queremos evitar otro ataque terrorista contra EEUU o cualquier otro país. Seguimos muy de cerca eso, pero no tengo más información.
-¿Colabora EEUU con sectores de la oposición venezolana?
-La política del Gobierno de EEUU mundialmente es apoyar la democracia y reconocemos el papel fundamental para la democracia de las organizaciones no gubernamentales. Como son fundamentales, EEUU y otros países dan apoyo a esas organizaciones, que no son partidarias o para candidatos a elecciones, son para la sociedad civil. Las cantidades (de dinero que se aportan) no son muy grandes. En este momento hay un debate de cuánto va aprobar el Congreso. Son modestas, pero importantes para estas organizaciones y forma parte de nuestra política externa de promover la democracia.
-En cuanto al narcotráfico, el Gobierno venezolano ha dicho que tiene mejores resultados sin la colaboración de EEUU.
-El problema del narcotráfico nos afecta a todos: Los narcotraficantes cooperan muy bien entre ellos. Es necesaria la cooperación para enfrentar a los cárteles de narcotraficantes. Hay todavía una mínima cooperación pero importante con Venezuela, que ha capturado varios narcotraficantes buscados en EEUU y Colombia y los ha entregado. Ojalá podamos construir más cooperación sobre esta base. Además, Venezuela puede cooperar con sus vecinos, con Brasil, Colombia, más que todo para identificar vuelos clandestinos que vuelan por el Caribe, América Central, América del Sur y lo usan para transportar droga y el dinero que viene de la droga.
El Universal
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