martes, 19 de octubre de 2010

Guerra en el PSUV

La importancia que tiene la actividad petrolera en Anzoátegui, que conjuntamente con el Zulia son los indicadores de su prosperidad, está registrando una protesta y pase de factura contra Willy Rangel, presidente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv) por el fiasco electoral del Gobierno al sacar sólo un diputado a la Asamblea Nacional.

La convocatoria de Rangel para la elección de los delegados de la base sindical en los próximos 45 días, para legitimizar las organizaciones sindicales, originó un intento de revocatorio impulsado por sus adversarios, haciéndolo importante responsable por la pérdida electoral gubernamental en Anzoátegui y Zulia.

Hasta se divulgó la consigna de que "los trabajadores no fueron a votar porque están bravos con Willy".

Esta especie era considerada infantil y desproporcionada por los restantes sectores del partido gubernamental, debido a que Rangel no dispone de los recursos del poder público, fuera del escenario sindical, y eran motivados por pugnas sindicales.

Pero la situación se desvió con acusaciones hacia otras áreas y reveló cómo en Lechería, donde están residenciados unos 2.000 trabajadores de las distintas nóminas de la industria petrolera, no aparecían por ninguna parte los votos rojos, y sólo salió ileso el poeta Earle Herrera, que anda muy distante de las luchas sindicales.

El alcalde de Guanta, Jonathan Marín, Stalin Fuentes de Sotillo y Francisco Solórzano de Anaco, arreciaban las críticas contra los dirigentes del PSUV y contra el gobierno de Tarek William Saab.

Se presentaron amenazas de toma a la fuerza de los locales del partido gubernamental en Barcelona y Puerto La Cruz, en fuertes enfrentamientos entre oficialistas.

Incluyeron las críticas, la exigencia de una auditoría al gobernador Tarek, y hasta un gobierno paralelo para administrar los presupuestos regionales. La situación sindical y política seguía al rojo vivo y los mediadores no habían podido organizar un encuentro entre los alcaldes denunciantes y el gobernador de Anzoátegui, para apaciguar los ánimos.

RENDICIÓN DE CUENTAS
La sangre casi llega al río Neverí, cuando el viernes 8 de octubre, en una asamblea abierta en el hotel Puerto La Cruz, Inés Sifontes, alcaldesa del municipio Bolívar, con un verbo encendido defendió la gestión del gobernador Tarek, en un acto en que exigían la presencia del gobernador para interpelarlo públicamente.

Los ataques se extendieron a los gerentes petroleros Fernando Padrón, Luis Márquez y Pedro León, que son los representantes más altos en la región de Petróleos de Venezuela.

Los dirigentes sindicales petroleros Eudis Girot y Jaime López, desde sus posiciones, disparaban fuertes críticas contra la gerencia media de la industria petrolera, acusándolos de escuálidos, y a los dirigentes del partido y del alto mando sindical por la derrota electoral.

Trascendió que la dirigencia media de la industria petrolera, con el tradicional bajo perfil que procede, había pedido una rendición de cuentas a los dirigentes sindicales, del uso de los recursos aportados a la campaña electoral. La protesta podría extenderse a otras áreas más conflictivas.

Tal Cual Digital

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