Las acciones de Hugo Chávez, a finales de año, parecieran revelar a un mandatario todopodoroso, que hace lo que quiera, que se muestra cómo si él puede hacer lo que le da la gana; eso lo vemos en un primer cuadro. Cuando uno mira la otra parte del cuadro, y como ya lo conocemos en estos 11 años de Gobierno, sabe que a Hugo Chávez se le está moviendo el piso de su dominio político, que el respaldo popular se le está desvaneciendo y con el agravante de que ya no puede seguir mintiéndole a la gente como ha venido haciéndolo. Ya la gente lo conoce muy bien y sabe que todo lo que hace como estas medidas de última hora, como la Ley Habilitante, la reforma de las leyes Resorte, de Telecomunicaciones, la Ley de Educación Superior y hasta la ridícula Ley Antitalanquera no son más que medidas dirigidas a su gente más radical, porque el respaldo popular se le está desvaneciendo. Chávez sabe que la oposición ha venido creciendo exponencialmente con las gobernaciones y alcaldías alcanzadas, y que están regadas por todo el territorio nacional, y alos cuales se agregan ahora 67 diputados en representación de las fuerzas democráticas. En el fondo, Chávez se ve disminuido y adopta estas medidas radicales para su gente radical, que ya son pocas. Pero está muy equivocado, porque entusiasma a los radicales, que son pocos, pero aquellos que todavía creen en él se le están escurriendo. De allí la creación de esa desesperada Ley Antitalanquera, para que nadie se la vaya. Aunque, le va a ser difícil enfrentarla, tal y como han sido esas manifestaciones al Sur del Lago, o los de los buhoneros en Caracas, o las del Táchira. Gente que creyó en él y Chávez sabe, que toda esa gente ya no está con él. Es por ello que se vale de su fuerza agresiva, que yo creo que se agravará en el 2011. Cada uno de sus actos está robusteciendo el rechazo popular, el descontento nacional; porque, además, la oposición venezolana le responde todos los días de forma contundente. A este cuadro dramático para el país, se añade ahora la condena al diputado zuliano José Sánchez "Mazuco", sometido a un juicio kafkiano y descarado, con el fin de golpear a la representación parlamentaria de la oposición, objetivo que no lograrán porque detrás de Mazuco está su suplente. Lo mismo intentan fraguar contra el diputado de Yaracuy. O tal vez quieran aplicarlo contra Richard Blanco. Es obvio entonces que, consciente de su frágil situación de respaldo popular, Chávez pretende ahora jugar más duro: aprobando leyes, que restringen y represivas. De todos los ángulos de donde se vea, y a pesar de todas las acciones intimidatorias que está tomando el Gobierno, sabemos que no estamos en un país alertargado. Este es un país que está enfrentando con inteligencia los actos desesperados de un Presidente que sabe que no las tiene todas consigo. Por ello, su acción es cada vez más dura. Pero la oposición también responde de igual manera, con inteligencia y dentro de los cánnones constitucionales. Por muchas leyes que hayan aprobabo, no podrá impedir que 67 diputados asuman desde el 5 de enero el debate parlamentario y asuman la función contralora que la moribunda Asamblea se negó a adoptar. No obstante, hay que prepararse para un año duro. Debemos actuar de forma tal que, respetando la Constitución y las leyes, expresemos nuestra protesta dentro y fuera de Venezuela. Todas esas leyes y acciones tomadas es la respuesta de este Gobierno resquebrajado y de un Hugo Chavez que se siente atado, acorbadado. Sabe que el 2012 lo lleva tatuado en la frente. Tal Cual Digital
jueves, 23 de diciembre de 2010
Un hombre desesperado
Todas esas leyes y acciones tomadas es la respuesta de este Gobierno resquebrajado y de un Hugo Chavez que se siente atado, acorbadado. Sabe que el 2012 lo lleva tatuado en la frente
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