Una cosa es cierta. El presidente Chávez, enfermo o no, continúa sin trabajar. Ahora la toma por realizar llamadas telefónicas participativas a los programas matutinos de opinión de Venezolana de Televisión, interrumpe las entrevistas que les están realiazndo a algún personaje y baja la línea política a sus huestes, no sin antes recordar que no hay otro enfermo de cáncer en Venezuela como él.
En esta ocasión y de manera extraña Chávez mostró expresó preocupación por lo que llamó "luchas internas" de la oposición, y al felicitar a Mario Silva (es decir, el conductor de La Hojilla no será juzgado por ningún tribunal) por el programa de la noche del jueves dedicado al "nido de alacranes", dijo que estas luchas internas de los "partidos políticos de la derecha" evidencian que "estos sectores están orgánicamente incapacitados" para asumir el poder, razón por la cual no pueden "ni siquiera soñar en gobernar un país".
Como todo un analista, Chávez advirtió que la crisis interna de la oposición "es mucho más grave de lo que podemos intuir" y "debe preocupar al país", porque a su juicio la contrarrevolución posee un carácter antidemocrático.
Muy preocupado, el mandatario nacional reveló que la situación que atraviesan los "partidos políticos de la derecha", los cuales, en su lucha interna por espacios de poder han comenzado a evidenciar sus fracturas y divisiones internas, lo que podría devenir en una agenda de violencia, provocada por esta oposición.
Es por ello que el mandatario llamó al pueblo venezolano a mantenerse alerta frente a lo que consideró "un plan bien elaborado por las fuerzas imperiales, por la burguesía, que pueda calentarle la oreja a alguien y utilizarlo para un hecho puntual y aspirar a que se incendie Venezuela”.
En su larga llamada al programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión, y que extrañamente puede tener una duración de dos a tres horas, el Presidente puso como ejemplo de prácticas desestabilizadoras que están ocurriendo en países como Libia y Siria, donde "grupos proimperiales han generado situaciones de violencia" para promover la caída de sus gobiernos.
Chávez echó el cuento de cuando estuvo en Damasco, capital de Siria, y pudo observar que “esas eran unas calles llenas de hermosura, de paz. Nadie pensaba lo que por debajo estaba preparando el imperio”.
Es por ello que “aquí entonces no podemos descuidarnos”, dijo Chávez al reiterar su confianza en el pueblo y en la Fuerza Armada por si acaso una situación similar llegara a ocurrir.
Al respecto, habló de algunos militares retirados "golpistas, que andan por ahí conspirando", y que para el jefe del Estado no queda la menor dudas de que son financiados por Estados Unidos. A ellos, con voz fuerte, Chávez les advirtió “que no se les ocurra...porque la respuesta nuestra sería sumamente firme”.
“Sería peor para ellos pero no queremos un día más de angustia, ni una gota más de sangre ni de violencia. Pero tengamos en cuenta que el carácter de la oposición es antidemocrático”.
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