"Creo que la abstención va a ser parecida a la del año 2007 cuando Chávez pierde el proceso electoral porque los chavistas no fueron a votar. En este momento veo poco incentivo para que los oficialistas voten", comentó el politólogo José V. Carrasquero al analiza los pro y contra de la precampaña.
El abstencionismo no es el aliado de nadie en elecciones, de acuerdo con la máxima democrática de que la participación da representatividad, pero este mal endémico desfavorecerá más el 26 de septiembre al chavismo que a la oposición, según afirma el analista político José Vicente Carrasquero.
"Creo que la abstención va a ser parecida a la del año 2007 cuando Chávez pierde el proceso electoral porque los chavistas no fueron a votar. En este momento veo poco incentivo para que los oficialistas voten".
Los pocos incentivos a los que se refiere Carrasquero encuentran razón de ser en el cese de la relación clientelar que hasta hace poco sostenía.
"En otros momentos estaban la dádiva, la relación clientelar y por otro lado está el hecho de que -hay que decirlo- mucha gente no considera importante este proceso electoral", al menos no como ocurre en elecciones presidenciales o de alcaldes y gobernadores.
Que las encuestas apunten a una mayor participación no es garantía de esa participación masiva porque, según Carrasquero, a la gente no le gusta admitir que no va a cumplir con un deber, y el voto además de un derecho, es un deber.
"Nadie va a decir que no va a pagar impuestos, nadie o al menos la mayoría no dirá que no acudirá a votar sin que eso signifique que hay un compromiso efectivo por ir a hacerlo".
Señaló que el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha tenido una actuación "pacata" ante lo que ha debido ser la difusión de información sobre cómo y por qué votar en las elecciones parlamentarias.
Insiste en que el organismo comicial ha fallado en hacer una campaña "que debiera haber comenzado hace rato" también sobre qué significa esta elección de Asamblea Nacional y qué es el Parlamento en el sistema político venezolano.
"El ente comicial ha estado muy dedicado a lo técnico pero ha hecho poco en destacar la importancia de votar en esta elección y recordarle a la gente el poder del voto", expresó el analista político.
Debilidades de campaña
El politólogo y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar (USB) señaló que en campaña hasta ahora el chavismo no tiene gestión que mostrar, lo que le dificulta la propaganda mientras que a la oposición le hace falta una vocería unitaria.
Otro bemol oficialista es una gestión que no se compagina con el discurso. Frente a la propaganda sobre los éxitos gubernamentales están el alto costo de la vida, la inseguridad, los alimentos descompuestos y el problema de la electricidad, ejemplifica el analista.
Sobre la oposición Carrasquero apunta que hace falta una vocería más dinámica, "una que responda rápidamente a las cosas que están pasando en el país y que no tenga que pasar por la alcabala de diferentes grupos".
Fortalezas de campaña
Carrasquero señala que entre las fortalezas del oficialismo en la campaña están los recursos económicos que posee, mientras que las de la oposición han sido el concretar la unidad.
Indica que la campaña del oficialismo evidentemente cuenta con los recursos que vienen del Gobierno, del aporte de los funcionarios y militantes y también de maneras "no muy santas" que permiten propaganda a través del uso de Venezolana de Televisión (VTV) y las cadenas presidenciales.
Del lado de la oposición los ayuda el haber entendido la necesidad del trabajo en la calle o cara a cara. "De alguna forma hay un discurso unificado alrededor de los logros".
El analista político no percibe un cambio de estrategia en la campaña del oficialismo de los últimos años, sino una exacerbación de las mismas fórmulas porque no hay logros de gestión que mostrar.
Indica que la constante de Chávez, además de utilizar los símbolos patrios para fomentar el patriotismo, es endosarle la responsabilidad a otro permanentemente, tener un enemigo que al principio fueron los adecos y los copeyanos, luego los empresarios, los norteamericanos, los estudiantes, la Iglesia.
"Aquella frase que utilizaron, y que tuvieron que sacarla, en la que aseguraban que lo extraordinario se hace cotidiano, era la peor frase publicitaria que puedas conseguir sobre la faz de la Tierra porque era como decir: bueno, ya no hicimos más nada y lo que hicimos usted no lo nota porque se hizo común", acotó.
El Universal
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