"Hay resoluciones de la ONU sobre sanciones a países que apoyen a grupos.
El ex embajador, en Bogotá, Fernando Gerbasi, confiesa temor de que el Gobierno se aproveche de la ruptura de relaciones con Colombia para exacerbar crisis y así evitar la celebración de las elecciones parlamentarias. No cree que con su gesto Chávez haya evadido el problema de fondo (presencia masiva de las FARC en Venezuela), pero sí advierte cómo "las presuntas pruebas presentadas por el Gobierno colombiano indicarían presencia de 1.500 hombres en armas en territorio venezolano". A su juicio, si ese fuera el caso, "la paz del país está amenazada y eso nos llevaría a la colombianización. Por eso es fundamental que el Gobierno aclare la situación. No solo por las dudas que hay en el ámbito internacional, sino ante los venezolanos. Aquí puede haber guerrilla sin que el Gobierno la apoye, pero debe demostrar qué está haciendo para evitar esa presencia".
-Hasta ahora, ha demostrado todo lo contrario.
-El Presidente ha mantenido una postura ambigua ante las FARC y las crisis en las relaciones binacionales han estado signadas por ese tema.
-¿No resulta imposible a un gobierno desconocer la presencia de 87 campamentos, 1.500 hombres armados?
-No hay manera de esconderlo, pero nosotros, como ciudadanos, no podemos ir a esas zonas y demostrarlo. Ciertamente investigaciones periodísticas, como las que tú has hecho, o de otra índole, in situ, podrían demostrar la veracidad de las denuncias. Desde hace mucho tiempo hay presencia guerrillera en Venezuela, solo que los gobiernos anteriores la combatían y establecían mecanismos de cooperación con Colombia. En 1994 se creó la Comisión Binacional de Fronteras y funcionó hasta el 2000, habiendo sido efectivo en la lucha contra guerrilla y narcotráfico.
-¿No son la misma cosa?
-Aquí se ha querido desconocer que la guerrilla está profundamente vinculada al narcotráfico. Venezuela es un país señalado como puente para el tráfico de drogas, hasta el punto que 60% de la cocaína que llega a Europa pasa por aquí.
-A pesar de sus denuncias y desencuentros con Chávez, seguidos de reconciliaciones, Uribe se hizo la vista gorda ante el problema, presionado por los exportadores colombianos que no querían perder los beneficios del comercio bilateral. ¿Es esa la actitud de Santos?
-Santos quiere un cambio radical en la política exterior. Por la aplicación de su Política de Seguridad Democrática y el método de ataques preventivos, derivados de las políticas de Bush en el Medio Oriente, Uribe se aisló de América Latina. Santos pretende una mayor presencia, pero tiene dos problemas: Ecuador y Venezuela. El primero está casi resuelto y Correa asistirá a la toma de posesión de Santos. Hacia Venezuela había enviado mensajes positivos y el nombramiento de María Angela Holguín, quien fue excelente embajadora en Caracas y mantuvo un buen tono con el gobierno de Chávez, era una señal. Al punto de que el 14 de julio Chávez autorizó una entrevista de Maduro con Holguín y manifestó su disposición de estar en la toma de posesión.
-La denuncia de Uribe abortó esos acercamientos.
-A Chávez le interesaba mejorar las relaciones porque su imagen, a nivel internacional, se ha visto seriamente afectada por el conflicto con Colombia y la relación con Irán.
-¿No se debe también a sus vínculos con las FARC?
-Las FARC y el ELN están catalogadas como entidades terroristas en los organismos internacionales. Hay resoluciones de la ONU que se refieren a las acciones que puede tomar el Consejo de Seguridad sobre países que, en forma activa o pasiva, apoyen a grupos que actúen contra terceros estados.
-El fiscal colombiano replanteó la intención de llevar el caso a la Corte Penal Internacional de La Haya.
-Dijo que presentarán pruebas ante el fiscal de la Corte Penal (un colombiano) y este determinará si existen argumentos para llevar a juicio a las FARC y también a aquellos personeros del Gobierno venezolano que pudieran estar implicados en relaciones con el grupo guerrillero. Es decir, indirectamente, el presidente Chávez. Pero eso no es tan fácil. Se requiere una investigación profunda y pruebas contundentes.
-¿En qué términos se restablecerían relaciones entre el nuevo Gobierno colombiano y el venezolano, siendo las FARC la piedra de tranca?
-En la campaña electoral el escritor Plinio Apuleyo Mendoza señaló que Santos, a quien apoyaba, se haría la vista gorda sobre la presencia de las FARC en Venezuela. Si él llegó a expresar esa opinión es porque Santos tenía esa intención para luego, en el contexto de unas relaciones normales, plantear el cómo eliminar esa presencia. Ahora todo se complica y Santos debe atender a una opinión pública colombiana enardecida porque Venezuela no respondió con argumentos sino rompiendo relaciones e interpreta tal actitud como aceptación tácita de que las pruebas son válidas.
-¿Indicaría eso que la reanudación de relaciones no será casi instantánea?
-Eso no será posible. Quizás tome un par de meses, necesarios para que las cosas vuelvan a su cauce. Me preocupa, además, que de aquí al 7 de agosto falten 15 días y en ese tiempo se inicie una escalada de declaraciones que complique la actuación del nuevo gobierno.
-¿No es perverso ese en el cual el Gobierno colombiano logra la reanudación del flujo comercial, a cambio Chávez puede seguir apoyando a las FARC y así éstas conserven sus aliviaderos en Venezuela, mientras sicariato, extorsión y secuestros continúan? modus vivendi,
-Hay una doble moral en ambos gobiernos que les hace daño a colombianos y venezolanos de la frontera y a las relaciones binacionales. Hasta el momento no habido honestidad de parte y parte y la confianza se ha venido perdiendo entre ambos jefes de Estado.
-Hay quienes dicen que Uribe le hizo un favor a Chávez y le dio el pretexto de encender la chispa nacionalista. Pero ¿están los venezolanos tan claros como los colombianos en rechazo a una guerrilla que financia su guerra gracias al secuestro, extorsión y narcotráfico?
-El Presidente siempre ha vinculado su política exterior con la política interior. En este caso quiere aprovechar las denuncias colombianas para tratar de levantar el nacionalismo y recrear una suerte de anticolombianismo. La frase "rompo relaciones por razones de dignidad" es efectista, pero en términos generales los venezolanos tenemos conciencia de lo que señalas: la violencia colombiana ha pasado a Venezuela.
-Luego del rompimiento de relaciones ¿se plantea un conflicto bélico?
-No lo creo. Romper relaciones no significa declararle la guerra a un país y mucho menos cuando en 15 días existe la posibilidad de tener otro interlocutor con el cual había indicios auspiciosos. Ahora, sí me preocupa que esta situación, en principio pasajera, tratara de utilizarse y vincularse, por parte del Gobierno, al proceso electoral. Eso sería muy grave. Los venezolanos queremos elecciones y una asamblea plural.
-Quiere decir que...
-Las encuestas son negativas para el oficialismo. No sé si eso se mantenga, pero podría influir para evitar las elecciones o para afectarlas, buscando levantar un falso nacionalismo.
-La única forma de suspender las elecciones sería un conflicto...
-Porque con la ruptura de relaciones diplomáticas no se suspenden unas elecciones.
-Quizás la sombra de los EEUU, en apoyo a Colombia, sea un factor disuasorio.
-EEUU intervendría para evitar el conflicto, como Brasil, Argentina, México. En la región nadie lo quiere. Pero externamente se percibe que podría ocurrir algo así cuando los secretarios generales de la ONU y la OEA llaman a la ponderación. Por eso ambos gobiernos deben bajar el tono.
-¿No es esa la exacerbación de diferencias sobre modelos políticos y económicos entre antagonistas con visiones irreconciliables?
-El ex canciller Consalvi dijo que la crisis es bienvenida por inevitable. Lamentable es que no llegara antes porque Uribe la provocó de salida y de forma extemporánea. No comparto esa tesis de que es una acción combinada entre Uribe y Santos. Parece una entelequia demasiado fina. No se concibe a un mandatario saliente y otro entrante creando una situación tan grave.
El Universal.
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