El drama habitacional en Venezuela, es un problema nacional. Se estima que el déficit actual de viviendas es superior a los dos millones, cifra que aumentaría considerablemente si se incluyen aquellas viviendas que han sido construidas en forma precaria (ranchos) o en terrenos inestables no aptos para ello.
Uno de los grandes fracasos del régimen ha sido en materia de viviendas. De un compromiso de construir 153.000 viviendas por año, es decir 1.836.000 en 12 años, sólo ha construido 284.328 viviendas, es decir 23.694 por año. A fin de borrar este estruendoso fracaso y como parte de la estrategia de su campaña electoral, el iletrado de Miraflores ha anunciado la nueva Misión Vivienda.
La meta es la de construir 2.000.000 de viviendas en los próximos 7 años, unas 285.714 anuales, cuando sólo ha construido 23.694 por año en los últimos 12 años. Edificar 285.714 viviendas anuales requiere además la construcción de servicios como agua, electricidad, cloacas, teléfonos, etc. Toda una manipulación engañosa para contrarrestar el fracaso en la gestión habitacional.
Con la Misión Vivienda no sólo hay viviendas para los damnificados de todas las últimas lluvias, sino también para todos los venezolanos, al decir del iluminado de Sabaneta. Más allá de brindar una solución habitacional a esos millones que carecen de un techo propio, la Misión Vivienda es una estrategia de captación de votos y de maniobra electoral con miras a las elecciones presidenciales del 2012. Se pretende seducir el voto de los más necesitados ante una promesa vaga, pero efectiva electoralmente: "quieres una casa, vota por mí".
Escuchar el slogan de la Misión Vivienda de construir dos millones de soluciones habitacionales es una meta inalcanzable en el escenario venezolano.
Solamente factible en las maquetas elaboradas por los arquitectos del cartón con que el tte coronel engrosa sus ofertas electorales semana a semana. Pero además nos recuerda a Gregorio Potemkin, quien para impresionar a su amante y protectora, Catalina II de Rusia, llevó a cabo uno de los engaños más grandes de la historia.
Potemkin, tuvo la infame idea de construir fachadas palaciegas portátiles de cartón y madera en la región de Crimea a fin de colocarlas al paso de la emperatriz en sus giras por las miserables aldeas rusas.
Una vez cumplido el trayecto imperial, las fachadas eran trasladadas a la siguiente aldea prevista para una visita de la reina. Obviamente, en esas villas inexistentes no vivía nadie. Todo era un engaño.
El tte coronel al igual que Potemkin construye sus villas de cartón, pero en miniatura, son las maquetas de los proyectos habitacionales con que alimenta las nuevas esperanzas entre quienes han sido defraudados a lo largo de estos doce años de desgobierno. Como han fracasado en los diversos planes de vivienda, ahora construyen promesas.
La Misión Vivienda es una perversa operación publicitaria como estrategia del cantinero de cuartel para perpetuarse en el poder.
Uno de los grandes fracasos del régimen ha sido en materia de viviendas. De un compromiso de construir 153.000 viviendas por año, es decir 1.836.000 en 12 años, sólo ha construido 284.328 viviendas, es decir 23.694 por año. A fin de borrar este estruendoso fracaso y como parte de la estrategia de su campaña electoral, el iletrado de Miraflores ha anunciado la nueva Misión Vivienda.
La meta es la de construir 2.000.000 de viviendas en los próximos 7 años, unas 285.714 anuales, cuando sólo ha construido 23.694 por año en los últimos 12 años. Edificar 285.714 viviendas anuales requiere además la construcción de servicios como agua, electricidad, cloacas, teléfonos, etc. Toda una manipulación engañosa para contrarrestar el fracaso en la gestión habitacional.
Con la Misión Vivienda no sólo hay viviendas para los damnificados de todas las últimas lluvias, sino también para todos los venezolanos, al decir del iluminado de Sabaneta. Más allá de brindar una solución habitacional a esos millones que carecen de un techo propio, la Misión Vivienda es una estrategia de captación de votos y de maniobra electoral con miras a las elecciones presidenciales del 2012. Se pretende seducir el voto de los más necesitados ante una promesa vaga, pero efectiva electoralmente: "quieres una casa, vota por mí".
Escuchar el slogan de la Misión Vivienda de construir dos millones de soluciones habitacionales es una meta inalcanzable en el escenario venezolano.
Solamente factible en las maquetas elaboradas por los arquitectos del cartón con que el tte coronel engrosa sus ofertas electorales semana a semana. Pero además nos recuerda a Gregorio Potemkin, quien para impresionar a su amante y protectora, Catalina II de Rusia, llevó a cabo uno de los engaños más grandes de la historia.
Potemkin, tuvo la infame idea de construir fachadas palaciegas portátiles de cartón y madera en la región de Crimea a fin de colocarlas al paso de la emperatriz en sus giras por las miserables aldeas rusas.
Una vez cumplido el trayecto imperial, las fachadas eran trasladadas a la siguiente aldea prevista para una visita de la reina. Obviamente, en esas villas inexistentes no vivía nadie. Todo era un engaño.
El tte coronel al igual que Potemkin construye sus villas de cartón, pero en miniatura, son las maquetas de los proyectos habitacionales con que alimenta las nuevas esperanzas entre quienes han sido defraudados a lo largo de estos doce años de desgobierno. Como han fracasado en los diversos planes de vivienda, ahora construyen promesas.
La Misión Vivienda es una perversa operación publicitaria como estrategia del cantinero de cuartel para perpetuarse en el poder.
Tal Cual Digital
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