lunes, 2 de mayo de 2011

Aprendí a escuchar la voz del pueblo"

El alcalde mayor dice estar consciente del reto que tendría como posible Presidente de la transición Se muestra partidario de la no reelección, pues "el sucesor de Chávez, al final, deberá hacer su maleta e irse"

Una alcaldía metropolitana prácticamente sin presupuesto es el último de los cargos que se suma a la "hoja de servicios" de Antonio Ledezma, algo que exhibe como su mayor credencial para aspirar a la Presidencia de la República y, por ello, postularse para las elecciones primarias de 2012.

La gran cantidad de cargos por la que pasó en diferentes gobiernos para él tampoco es un impedimento, sino por el contrario una escuela que complementó su formación académica con lecciones acerca de cómo debe desempeñarse un funcionario público electo popularmente.

—¿Qué condiciones tiene usted para enfrentar al Presidente Chávez en las elecciones de 2012?

—Yo me presento humildemente con una trayectoria, una hoja de servicio repleta de experiencias positivas. A mis 55 años son un valor agregado; resulta una ventaja, por ejemplo, haber conocido estilos de gobierno del pasado y el presente, porque este gobierno ya es también el pasado. Yo compartí responsabilidades con gobernantes de distintas características: fui gobernador con Carlos Andrés Pérez, y luego alcalde con Rafael Caldera y con Chávez. Estas experiencias hacen que uno se vaya curtiendo y aprendiendo a no escuchar solamente a los técnicos, a escuchar la voz del pueblo, a planificar y dejar de lado las improvisaciones. Claro que tampoco todo es experiencia: también tengo una formación académica y una serie de proyectos que desde mi candidatura planteamos para el futuro.

—Ahora que nombra tantos gobernantes con los que compartió, ¿no teme ser asociado a la llamada IV República?

—­Si por eso fuera, todos estaríamos anulados, porque por ejemplo Manuel Rosales compartió conmigo en la juventud de AD; Pablo Pérez también; Capriles fue diputado por Copei. Nada de eso nos descalifica ni nos desmerita. Lo que a la larga cuenta, más que haber trabajado para el pasado, es tener propuestas para el futuro: ser capaces de garantizar la gobernabilidad en Venezuela y de desarrollar un gobierno con amplitud, tolerancia y respeto a los diferentes factores.

—¿Cómo debe enfrentar el próximo Presidente a un conjunto de poderes públicos que han mostrado tendencia a favor de Chávez?

—­El próximo gobierno tiene que estar preparado para la coyuntura; para la transición. Debe ser un Presidente preparado para gobernar un período y luego hacer maletas tras haber cumplido su misión de establecer en el país pautas de desarrollo económico y humano y gobernabilidad. Una gobernabilidad que, además, solo podrá lograrse si empieza a pensarse en liderazgos colectivos y se abandona el providencialismo. Tiene que haber un líder que asuma, pero que también comparta la responsabilidad de reconstruir el país. No se trata de vulgarizar la frase, pero aquí no deberán repartirse cuotas de poder sino cuotas de responsabilidad.

—¿Y eso será posible con la conformación actual de los poderes públicos como el CNE o el TSJ?

—­El país marcará una pauta eligiendo al Presidente, y se supone que las instituciones tienen que garantizar estar constituidas por personas comprometidas con el país y no por activistas políticos a favor de una tendencia.

—¿Y si eso no pasa?

—­De momento solo estamos delineando las líneas gruesas. Hay mecanismos para hacer que esas personas que constituyen los poderes respeten la Constitución nacional.

Tal Cual Digital

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